Porciones humeantes

El vestuario era una sinfonía de vínculos masculinos, las bromas estaban mezcladas con dobles sentidos y risas. En una esquina, dos de sus compañeros de equipo participaban en un simulacro de lucha libre, con sus cuerpos sudorosos entrelazados en una lucha juguetona. En otro, un grupo comparaba el tamaño de los bíceps, flexionaba y posaba con exagerada bravuconería.

Recortes atrevidos